THE CLEANING FLOWER [LA FLOR DE LA LIMPIEZA]
Although South Korean artist Choi Jeong Hwa is not easily drawn on the meaning behind his sculptures much of his work, often using mass-produced plastic products, could be interpreted as communicating concerns about waste, consumer society, globalisation and other contemporary issues.
His recent gigantic inflatables lotuses are not an exception. They have bloomed worldwide and attracted considerable attention in St Moritz, San Francisco, Camberra, Beijing, Seoul, Krasnoyarsk, Kiev, Brussels and many other places. Whether the different color responds to a location association is also served with deliberate ambiguity. With motorized petals set up to open and close throughout the course of the day, the flower seem to be alive slowly inhaling and exhaling. Choi created his lotuses from everyday materials that, unlike a real lotus, will never disintegrate.
From ancient times the lotus (Padma in Sanskrit) has been a divine symbol in both Ancient Egypt and Asian traditions representing purity of the body, speech and mind, and the unfolding and expansion of the soul. This is why most deities of Asian religions are depicted as seated on a lotus flower as if floating above the muddy waters of attachment and desire.
The reason for both Hindu and Buddhist philosophies to venerate the lotus flower (nelumbu nucifera) is its ability to emerge from murky waters and mud, and blossom pure and exquisite, despite its filthy origins. And what’s more, to remain untainted since this species is so wise that had to develop its own self-cleaning technique in order to absorb the sunlight and survive for millions of years.
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Aunque el artista surcoreano Choi Jeong Hwa no se pronuncia fácilmente sobre el significado detrás de sus esculturas, gran parte de su trabajo, a menudo a base de productos plásticos, podrÃa interpretarse como una denuncia a la contaminación, la sociedad de consumo, la globalización y otros temas de actualidad.
Sus recientes lotos inflables gigantes no son una excepción. Floreciendo por todo el mundo, han causado sensación en St. Moritz, San Francisco, Camberra, Beijing, Seúl, Krasnoyarsk, Kiev, Bruselas y muchos otros lugares. Si el color guarda alguna relación con la ubicación de la flor en cada caso es otro aspecto muy ambigüo. Con pétalos motorizados, configurados para abrirse y cerrarse conforme transcurre el dÃa, las flores parecen estar vivas inhalando y exhalando lentamente. Choi ha creado sus lotos con materiales cotidianos que, a diferencia de una flor de loto real, nunca se desintegrarán.
Desde la antigüedad la flor de loto (Padma en sánscrito) ha sido un sÃmbolo divino en el antiguo Egipto y las tradiciones asiáticas de la pureza del cuerpo, el discurso y la mente, asà como de la apertura y expansión del espÃritu. Por esta razón la mayorÃa de deidades de las religiones asiáticas son representadas sentadas sobre una flor de loto, como si flotaran sobre las aguas lodosas del apego y del deseo.
La razón por la que las filosofÃas hindúes y budistas veneran la flor de loto (nelumbu nucifera) es por su capacidad para emerger de las aguas turbias y del barro y florecer pura y exquisita a pesar de sus orÃgenes sucios. Asimismo, lo hacen por la habilidad de esta especie para mantenerse impoluta debido a que, muy sabiamente, tuvo que desarrollar su propia técnica de autolimpieza para absorber la luz del sol y sobrevivir durante millones de años.